Roberston Albornoz Fecha: 07/02/2013 |
En la actualidad la
sostenibilidad es un discurso que todos utilizan bien o mal pero lo utilizan,
desde políticos, profesionales, y en general el conjunto de la sociedad. Todos hablan de
los efectos de los productos agroquímicos, de la erosión de los suelos, la deforestación,
de los vertidos de las aguas, de la contaminación del aire etc., etc.
A todos les preocupa
el medio ambiente, el territorio, las tierras, el agua, el aire, los paisajes, la
biodiversidad, la conservación de las razas y de los cultivos autóctonos . Es importante que
todos estemos preocupados por los temas anteriormente indicados pero nos
olvidamos que se está dejando a un lado la sostenibilidad de quienes son la pieza
clave para que todo eso funcione, las personas que día a día están y luchan
para sobrevivir en ese medio rural.
El área rural
en el Perú según el censo del 2007 representaba el 28% de la Población hoy es un poco más. El
mantenimiento de ese 28% de pobladores de ese territorio solo será posible con la permanencia en
ese medio de los agricultores y ganaderos cada uno desarrollando su actividad, y para que
ese colectivo opte por seguir en ese medio será indispensable que disponga de
una calidad de vida sostenible. No será posible la sostenibilidad de ese 28% de
la población si sus habitantes no disponen de rentas dignas y si su actividad
no ofrece una rentabilidad mínima con precios que compensen su trabajo, no será
posible si no existe una adecuada política educativa desde la escuela primaria
a universidad, si sus costos de producción siguen siendo altos, por los altos
costos de los insumos y sobre todo por el transporte, este último por el estado calamitoso de las
carreteras que llegan a los centros de producción.
La
agricultura y la ganadería, especialmente la extensiva, son los ejes de la
sostenibilidad del 28% del territorio rural, dos actividades maltratadas desde
la perspectiva económica y social, sobre todo por los grandes grupos de
comercialización que, cada vez con más fuerza, fijan los precios de compra en el
campo al margen de cuales sean sus costos. Ese maltrato vía especulación y/o concertación de
precios se agrava por la escasa intervención del estado en mejorar la
infraestructura vial, infraestructura social y económica que permita al
poblador rural tener una mejor calidad de vida, bajar sus costos de
Producción, ser competitivo y por ende su actividad rentable.
El año
anterior el Gobierno Regional de San Martín impulso un Proyecto de emergencia para
las áreas cafetaleras agobiadas por la enfermedad de la Roya, a la fecha
no se tienen todavía visos de iniciarse y la enfermedad por las intensas
lluvias que se están dando en la Región nuevamente ha recrudecido y viene
atacando a los cafetales con lo cual hace temer
una cosecha muy mala para el presente año y como siempre productores rurales descapitalizados y en quiebra. Frente a esto es imperativo que los
profesionales y personas involucradas en el tema se pongan al frente para hacer
llegar propuestas coherentes que haga sostenible las actividades rurales.
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